Cata de queso

La Cata de Queso consiste en examinar mediante nuestros sentidos todo lo que se perciben de ellos.  A diferencia de las catas de aceite, el queso es un producto complejo de evaluar mediante una cata sencilla.

Esta afirmación está relacionada con dos aspectos de la cata de queso: la necesidad de masticarlo para saborearlo y la variedad de componentes de la leche a lo largo del año. En primer lugar, para probar el queso debemos masticarlo y mezclarlo con nuestra propia saliva. De esta forma, se liberarán los sabores y aromas, resultantes de la fermentación de los microorganismos del queso. Por otro lado, los componentes de la leche varían a lo largo del año (condiciones climatológicas, alimentación de los animales productores, etc.). Por ello, se producen diferentes texturas y sabores según estos condicionantes externos.

La cata de queso puede resumirse en la medición de distintos parámetros: apariencia, textura y conjunto olfato gustativo a partir de la información que obtengamos a través de nuestros sentidos. Los parámetros a tener en cuenta son los siguientes:

• Aspecto: Mediante el sentido de la vista percibimos unas características tanto en su aspecto exterior (corteza, color, forma, tamaño) como interior (huecos, dureza).
• Textura:  Para apreciar la textura debemos recurrir a los órganos visuales y auditivos, así como a los órganos táctiles presentes en los dedos y en la boca.
• Conjunto olfativo-gustativo:  Quizás la parte más importante.  A través de él, vamos a percibir los olores, aromas, sabores y otras sensaciones con las que identifiquemos correctamente un queso.

En esta cata de queso podréis degustar distintas tipologías de queso y experimentaréis una increíble variedad de texturas y sabores. ¿Os atrevéis a probar los distintos quesos y descubrir cuál es vuestro favorito? Contactad con nosotros y os ayudaremos a elegir los mejores para disfrutar de este producto.