¡Cadena solidaria!
Sin duda, una de las actividades más gratificantes que hemos realizado este pasado año tuvo lugar en Barcelona. Una actividad de Responsabilidad Social Corporativa muy divertida e interesante para las tres partes; donantes, organizadores y receptores.
Desde el sur de España nos desplazamos a la capital catalana para hacer tangible los deseos de una conocida empresa farmacéutica de ayudar a niños.
Varios palés conformaban la mercancía que se iba a donar, por lo que, viendo los preparativos y el volumen del material, nosotros ya empezamos a ponernos nerviosos.
Llegamos al hotel donde tendría lugar el briefing y la realización de la misma. Tras descargar el material y prepararlo en la sala se producía una reacción que no teníamos contemplada hasta el momento: el efecto wow.
Sin duda, que la sala estuviera colmada de material a donar y que la actividad fuera sorpresa, provocaría en los asistentes un efecto wow difícil de olvidar. No nos equivocamos.
Ninguno de los asistentes tenía idea de lo que iba a ocurrir, por ello cuando en el briefing lo comentamos, la cara de más de uno de los participantes era de foto; cuando llegaron a la sala ni os contamos.
A un lado de la sala tenían preparado todo el material escolar, que deberían envolver y preparar para sus correspondientes receptores. Al otro, encontraban diferentes productos para la realización de unos packs de merienda.
Cada kit escolar estaría compuesto por:
- Bolígrafo
- Sacapuntas
- Cuaderno A4
- Goma de borrar
- Lápices de colores
Por otro lado, los packs de meriendas deberían estar compuestos por:
- Batido Puleva
- Zumo Bifrutas
- Barrita de cereales
- Stick de Nocilla
- Bolsa de frutos secos
Con las instrucciones dadas, el personal preparado y los asistentes dispuestos daba comienzo la realización solidaria y la preparación de los paquetes y kits explicados.
Tras una hora y media de packaging, llegaba uno de los momentos estrella de esta actividad: la cadena humana.
Una cadena humana que recorría y cruzaba todo el hotel, en la que nuestros cien participantes se implicaron de una manera eficiente y encomiable para dejar los paquetes en la misma furgoneta de Cruz Roja.
En total fueron dos horas de diversión solidaria, una experiencia vital que recordarán para siempre y 1000 paquetes necesarios que habrán recibido niños a lo largo y ancho de la geografía catalana.
¡Así sí!